Linares es un municipio “muy dulce”, no solo por la calidez de su gente, sino por ser el lugar en el que se crearon varios dulces tradicionales, siendo el más importante las Glorias de Linares.
El origen de las Glorias de Linares
El surgimiento de este dulce se remonta a la década de los 30’s, cuando una señora de nombre Natalia Medina decidió abrir un negocio propio de venta de dulces, tras haber estado fabricando y vendiendo marquetas en compañía de un socio.
La nueva aventura que estaba por emprender la llevó a idear un nuevo dulce con el cual arrancar su nuevo negocio, buscando con ello ganar originalidad y un futuro más promisorio.
Así, experimentando en la cocina logró crear un dulce en el que el protagonismo se lo lleva la leche quemada (bronca, de vaca o cabra). Tras cocer la leche en un cazo por varias horas, agregó azúcar, nuez y otros ingredientes casi secretos.
El resultado fue “glorioso”: un dulce delicioso que no empalaga ni posee un sabor ahumado, que además tiene una consistencia suave que contrasta con los fragmentos de nuez.
Respecto al nombre con el que se le bautizó, hay varias hipótesis. La más extendida indica que Doña Natalia decidió después de varios años ir a registrar el dulce, pero al hacerlo le preguntaron el nombre que llevaría.
Lo primero que le vino a la mente a la linarense fue su nieta, de nombre Gloria, por lo que optó por llamar al dulce como “Gloria de Linares”.
Las Glorias pasaron de ser un dulce local a adquirir fama en todo el estado y la región. Después la fama se extendió a nivel nacional y de ahí el brinco fuera de las fronteras de nuestro país, ya que comenzó a venderse en aeropuertos, por lo que el delicioso sabor de este dulce adquirió notoriedad en Estados Unidos y partes de Europa.